En mi análisis, me gustaría recalcar la idea que en la actividad B los participantes tienen más libertad expresiva y de respuesta. Pueden formular diferentes preguntas acorde con sus conocimientos y trabajar otras formas más indirectas de petición.
¿En cuál de las dos actividades tienen los
alumnos mayor libertad expresiva?
En la actividad
B, ya que no hay una única respuesta y hay mayor libertad expresiva.
¿Cuál es mejor para aprender a realizar
peticiones en español? ¿Por qué
La actividad B,
porque no es un simple ejercicio repetitivo, se va a simular una situación de
interacción real.
¿Permiten las dos actividades valorar si el
alumno sabe formular peticiones de manera adecuada?
La actividad A
permite ver si se controla bien el imperativo. Es una actividad muy guiada. En
la actividad B en cambio, las formulaciones son más abiertas, albergando la
posibilidad de varias respuestas
correctas, así como formas más indirectas (y formales) de petición.
¿Utilizaría en clase las dos actividades, solamente
una o ninguna? ¿Por qué?
Usaría la primera
actividad de forma más gramatical, aunque me gusta más la actividad B por sus características
de interacción y expresividad.
Reflexiones sobre las ventajas e
inconvenientes de enseñar una lengua a través de actividades de práctica
funcional, si nuestro objetivo es enseñar a comunicar en una lengua extranjera
El método
funcional es más útil, funcional y operativo en todos los niveles, pero sobre
todo en los niveles iniciales. Se fijan unos objetivos concretos a alcanzar
para comunicarse en la vida real y a desenvolverse en situación reales en una
lengua. Los estudiantes utilizan de manera práctica tales situaciones y los
nuevos conocimientos, lo que les lleva a ser más autónomos, a hacer cosas concretas
con la lengua, lo cual es una gran motivación en su proceso de aprendizaje. A
su vez, pueden ver resultados concretos. Todo ello sin menospreciar el papel de
la gramática.
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